El fin de semana pasado fuimos de boda. A mí siempre me han encantado las bodas, sobre todo los vestidos de novia! (para quien no lo haya notado todavía, tengo un lado “princesa” muy latente! :)). De hecho, cuando era más pequeña, después de ver la película La boda de mi mejor amigo decidí que mi boda sería, por lo menos, tan espectacular como la suya. Por suerte, una va creciendo y se vuelve más realista (digo por suerte porque no quiero ni imaginarme el presupuesto!!) pero lo cierto es que las bodas continúan gustándome. Y si son como las del sábado pasado, todavía más.
Se casaba una amiga muy amiga de la familia de Ricard. Más que amiga, se podría decir que es una más de la familia, al menos así lo sentimos nosotros y así lo expresaron los propios novios en un texto precioso: “…y con vosotros descubrí que la familia no es de sangre sino de corazón…”. Así que sí, definitivamente se casaba uno más de la familia.
Desde el momento en que anunciaron su compromiso, dejaron muy claro que sería una celebración muy sencilla, y así fue, y quizás fue eso lo que la convirtió en algo tan especial porque toda la pomposidad de esas fiestas quedó a un lado para dejar paso simplemente al sentimiento. La misa (rociera!) se celebró en una ermita muy pequeña del pueblo de Capellades y a mí me tuvo con la carne de gallina des del principio hasta el final. Nunca había estado en una misa rociera y reconozco que me gustó mucho más que las convencionales. En alguna ocasión ya he comentado que tengo debilidad por el flamenco y todo lo que se le parezca, así que escuchar el Padre Nuestro cantado y acompañado por la guitarra y la caja fue muy emocionante.
La celebración posterior se hizo en un hotel del Bruc y también fue muy especial. Lo que querían los novios era simplemente celebrar su compromiso con las personas a las que aman, y esto se notaba. Tuvieron detalles personalizados y elaborados por ellos mismos para cada uno de los asistentes, y las horas iban pasando sin que nos diéramos ni cuenta…
He querido hacer un post de esta boda porque para mí fue un día entrañable (me imagino que para los novios también! ;)). Ver como dos personas tienen tantas ganas de celebrar su compromiso y su amor con las personas a las que quieren se merece un just beautiful. Me sentí muy afortunada de compartir con ellos ese momento y por eso, desde este espacio tan especial para mí, quiero también desearles lo mejor. Así que… QUE VIVAN LOS NOVIOS!!!