Este sábado fuimos por primera vez a la feria mercat de mercats, que se celebraba en la plaza de la catedral, los días 18, 19 y 20 de octubre. Si no me equivoco, la de este año era la 4a edición pero lo cierto es que yo no había oído hablar de ella hasta el momento. Cuando Rícard lo mencionó y me explicó de qué iba, me gustó el plan así que el sábado al mediodía, ahí estábamos.
Mercat de mercats es una feria que pretende acercar los mercados a los ciudadanos. Con 44 paradas procedentes de diferentes mercados de Barcelona, 40 tiendecitas de productos agroalimentarios artesanos, 16 stands de bodegas y 14 casetas de tapas, platillos y raciones exhibiendo sus productos, los visitantes podíamos pasearnos entre ellas, probando sus manjares a través de unos tiquets que comprabas en un stand. El surtido era tan variado que provocaba auténtica angustia a indecisas como yo a la hora de decidir qué degustar: canelones, arroz caldoso con bacalao, callos, pulpitos, ostras, fideuás, croquetas, las típicas bombas barcelonesas, patatas bravas, makis, pinchitos de embutidos y quesos, postres y dulces de todos los tipos... una verdadera pesadilla para mi género! ;) Con Rícard finalmente nos decantamos por una Quim crab burger (él), osease, una hamburguesita de cangrejo con sus patas y cáscara incluida, una fideuá mar y montaña (yo), unas bombas del Born exquisitas (los dos) y un hot dog neoyorquino requetebueno de butifarra con cebolla crujiente, mostaza y pepinillos (también los dos).
Además de esta exhibición de delicatessen, la feria ofrecía más de cuarenta catas, cursos y charlas a lo largo de los tres días, de 30 ó 45minutos cada una, tales como "El aceite. Diferencias cualitativas y conservación" o "Pasteles de domingo" o "Combinaciones entre quesos y vinos de postre", por poner algunos ejemplos.
A pesar de no participar en ninguna de las actividades programadas, para mí lo bonito fue la experiencia: en una mañana soleada como la que hizo, más propia de un mes de junio que de mediados de octubre, ver un montón de gente (montón, montón), autóctona y extranjera, acompañada por la pareja, familia, grupos de amigos... paseándose por las diferentes tiendecitas, preguntando, probando y comprando, comiendo de pie en las diferentes mesas provistas por la organización, charlando y riendo, disfrutando del solecito, la buena compañía y la excelente comida. A esto lo llamo yo un buen plan. El año que viene repetiremos!
Y el otro tema importante (muy importante) de este fin de semana (si no lo digo, reviento) es que me he estrenado como runner en una carrera! Yeii!! Sí. Ya soy runner oficial aunque, si soy sincera, creo que mi trayectoria como runner acaba con la primera carrera.
Yo no soy muy de correr, nunca lo he sido. De hecho, correr me aburre un poco y me cansa mucho. A mí ponme una piscina para nadar un buen rato o méteme en una clase de spinning, ahí sí disfruto. Pero después de esperar a Rícard en muchas lineas de meta de una carrera, y de disfrutar como la que más del ambiente, emoción y motivación que se vive entorno a estas, me apetecía probar la experiencia. Y también, haciendo un ejercicio de sinceridad total, quería retarme. Después de tomar una decisión difícil hace poco, necesitaba demostrarme de alguna manera que era capaz de hacer algo nuevo y de enfrentarme al miedo que esto me supone. Así que me apunté a la carrera del DIR que se corría este domingo en Sant Cugat. Tengo que decir que empecé con un reto de dificultad media-baja ya que me apunté a la de 5km pero, aún así, me sirvió muchísimo. De hecho, la noche anterior estaba tan nerviosa y con tanto miedo a hacer un ridículo espantoso que no quería ir de ninguna manera (como un niño chico que no quiere ir al colegio? pues tal cual. Sí, no estoy muy orgullosa de eso...) pero Rícard, que se había apuntado a la de 10km, había decidido que correría la de 5km conmigo (es, o no es, increíblemente increíble? yo creo que sí) y con esto me convenció.
A la mañana siguiente, yendo para Sant Cugat los nervios y el miedo continuaron pero, cuando empezamos a correr, todo se disipó. Lo cierto es que me gustó y, a pesar de que a partir del kilómetro 4 solo podía pensar en cuánto faltaba para llegar a la dichosa meta, me lo pasé bien. Tener a Rícard a mi lado todo el rato influyó mucho. Me encantó poder compartir con él una carrera, que es algo que tanto le gusta y le llena. Y al final, y a pesar de no haber entrenado prácticamente nada (la semana anterior fuimos a correr dos días pero, a parte de esto, ná de ná!), creo que el resultado no estuvo tan mal: tardé (digo tardé porque Rícard se ciñó a mi ritmo, sino su tiempo habría sido otro muy diferente!) 26min 28 segundos y quedé la mujer núm. 38 de 315. La verdad es que estoy bastante contenta, aunque Rícard sigue insistiendo que podríamos haberla hecho con menos tiempo, pero lo cierto es que le dije que frenara en algún momento porque me daba miedo no llegar al final.
En fin, ya está, reto superado y yo, bien contenta. Ahora, a por el siguiente! Feliz semana!! :)
PD. Última imagen realizada por el equipo de el Club DIR